Pues bien. Ayer jugando un partido amistoso me hice (al parecer) un esguince de ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. Tras estar casi 5 horas en el hospital, llegaron a tal conclusión.
Las pruebas diagnósticas que me realizaron fueron un (por suerte) indoloro cajón antero-posterior y varo-valgo forzado. Al valgo hubo un bostezo al nivel de los de Snorlax (es un pokémon al que le gusta dormir, ¿vale?).
Al final acabé entre dos auxiliares muy simpáticos que me colocaron un yeso pelvipédico con el que tengo que estar 10 días hasta que me vea un traumatólogo, con la consiguiente dosis diaria de heparina (supongo que por todo eso de la prevención y el protocolo tan clásico de nuestro sistema).
El caso es que, mientras esperaba en el hospital a ser atendido, me puse a reflexionar sobre qué utilidad puede tener para mi una lesión. Hasta ahora solo había tenido lesiones graves (llamemos grave a no poder andar) de tobillo, pero ayer tocó de rodilla. Y aunque estaba puteadísimo por el hecho de perderme el inicio de temporada, le vi el lado positivo: Ahora sabré más o menos que se siente cuando un paciente te dice que le baila la rodilla. La verdad es que no me lo imaginaba hasta que lo he sufrido en mi propio cuerpo...
En fin... solo era eso lo que quería transmitir. Si alguna vez os lesionáis, además de estar amargados, preguntaros que cosas buenas podéis sacar de toda esa situación... Aunque también es verdad que este es el primer día y me quedan 9 inmovilizado. Espero encontrar algún libro entretenido porque si no lo voy a pasar regular! Un saludo a todos y gracias por leer!
Aquí estamos y estaremos. |